martes, 30 de octubre de 2007

Mierda.

domingo, 28 de octubre de 2007

Suciedad, blanco escoria frente a la fuente de los deseos. Veces como esta desearíamos dejarlo todo aunque sea por un momento, donde todo lo mágico se desintegraría en una planicie de luces fosforescentes. Jugar a las cartas seria uno de mis pasatiempos favoritos, si no fuera por esas siluetas que se esconden detrás de los adoquines sin pintar, ojalá fuera de esos idiotas que se ríen por unos centavos.
Las focas que sufren por la alegría de sobrevivir no parecen despiertas a esta hora de la medianoche (ellas no lo saben). Juegan a esconderse de las leyes de la gravedad y de la ciencia, que piensan que no serían eficaces si no fuera por las brújulas de diamantes. Rezaban oraciones sin sentido por largas horas mientras dormitaban los árboles, sufrían ataques de locura al atardecer y empezaban por comerse los dientes como aperitivo luego de la cena. Las frases incompletas solían llenarlos de placer, aunque esperaran al amanecer para prenderse fuego.
Se llevaron consigo aquellos pocos segundos de juventud que les quedaban, los escondieron en un armario, y decidieron quedárselos de souvenir.

sábado, 20 de octubre de 2007

siempre soñaba despierto meado, mucho menos por reumática, jodía y le amputó su mirada gatuna. Rockera porteña histérica, perra estropeada, demasiado puta, ¡cuidado escuela! Jumpers rengos, que zapateros efímeros.

ale . nico . lucho . inti

domingo, 14 de octubre de 2007




viernes, 12 de octubre de 2007

Destruir un instante no es un ejercicio susceptible de escuchar despierto. A veces confunde saberlo todo pensaría en decir de vez en cuando aunque apareciera y desapareciera a mi antojo, como cucarachas bajo las tormentas. Me tomaba un tiempo empezar a pensar tranquilamente, no porque fuera un evento extraordinario, pocas veces suelo empezar por el principio. Noten que el mundo es solo un reloj, lejos de nosotros, las ciudades se derriten en sus rodillas. Impregnan el aire con un aroma a cenicero sin usar, que es casi como el viento, y se comporta igual, sólo que en navidad espera sentado en la ventana a la noche más vieja.
Los perros reían al verse entre sí, y solían descifrar enigmas en las calles sin salida. Era para algunos una actividad absurda, pero sólo para los que razonan.